17 de agosto de 2016

El Bordado y Yo. (Parte 1)

Lo que anteriormente me alejaba del bordado hoy me lo provoca el mismo:  Paciencia, Serenidad y Calma.

Como ya se han dado cuenta los hilos/textiles son mi pasión, durante 22 años he tejido sin parar, durante 12 años he creado piezas para Pomponsparty y durante 4 años he impartido talleres sobre este tema. 
A pesar de que uno de los talleres que imparto es el de Bordado Ruso, esta técnica no tiene nada que ver con el Bordado conocido como Tradicional, ese en el que se trabaja con pequeñas agujas, determinados largos de hilos y una infinidad de puntadas. Siempre llamo mi atención, pero no me sentía capaz de bordar ya que los ejemplos que siempre tomaba como referencia eran demasiado impecables, cosa que no caracteriza mi trabajo, a mi me gusta trabajar con texturas, capas, que se noten los puntos felices, miedosos, seguros e inseguros..... 

uno de mis primeros bordados en el 2009
En el 2009 comencé a "Bordar" mis primeras piezas, no llegue a hacer mas de 5 pues requería mucha paciencia y eso me desesperaba. Fue hasta después de 7 años que durante mi ultimo viaje a Chile asistí a un taller de microbordados con Javiera Quesney. Fui de curiosa a darle una oportunidad, a probar mi paciencia. Temerosa llegué temprano con mi libreta y lentes de vista a la mano dispuesta a intentarlo. No tengo la mejor vista del mundo así que era una experiencia tipo única en la cual pretendía hacer mi microbordado de ejemplo y darle vuelta a la pagina, el bordado no me iba a ganar.

El ejercicio del taller, un Loica.


El taller fue de 3 horas, iniciamos con un dibujo (comenzamos bien) y después venia lo bueno, con aguja en mano y esperando instrucciones y tecnicismos PUM! nada de eso, Javiera nos dejó ser, nos dio el tiempo necesario para soltar la mano, para perderle el miedo a la aguja. Estaba bordando sin saber en realidad que hacia, metía y sacaba la aguja, nadie me "regañó", nadie me decía como hacerlo o no hacerlo, era el bastidor, la tela, mi aguja y yo. Pasaban los minutos y ya sentía mio ese pedazo de tela e hilo, entre historias de ceremonias a las agujas rotas, una bola de hilos llamada "madeja madre" y música de Violeta Parra, ese día el cual yo pensaba seria mi debut y despedida en el mundo del bordado fue todo lo contrario, mi inicio a otro mundo desconocido para mi. Salí queriendo saberlo todo, tipos de agujas, bastidores, telas, hilos, hilos y más tipos de hilos con los cuales podría bordar.

En Chile tengo una compañera de amor por los oficios y unos días antes de partir fui a despedirme a su casa, no solo me tenia una mesa llena de comida rica si no que me llevó a su cuarto y me regaló bolsas llenas de hilos y lanas delgadas para bordar; Eran demasiados para una maleta que estaba hecha y sin espacio pero decidí llevarme esas bolsas llenas de amor y dejar un par de ropa y zapatos allá, total primero lo primero. (la mayoría de esos hilos son con los que bordo actualmente)
Lo primero que bordé llegando a casa.
Llegue a Juárez con la cabeza llena de información, cuando tenia todo bajo control decidí sentarme y comenzar lo que deje pendiente, ahora lo difícil era que bordar y en ese lapso comencé a bordar sobre materiales que tenia a la mano, pero no quería bordar cosas que a la larga me aburrieran así que comencé a bordar rostros y decidí enfocarme en músicos por ahora.

Llevo muy poco y me falta mucho por aprender pero me gustaría decirles que ya quedó atrás la era del "autodidacta", como les comento a mis alumnas siempre hay algo nuevo que aprender, yo intento asistir a talleres en físico y online, a buscar tutoriales, libros, crecer y llenarme de información que tarde o temprano me servirá en el camino. El conocimiento es la mejor inversión,  si yo no hubiera asistido a ese taller no habría podido abrir la puerta de mi nuevo trauma o quizás me hubiera tardado más tiempo. 


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